En la lucha contra el Coronavirus, cualquier recurso puede ser valioso para hacer cumplir las nuevas normas de seguridad que se han establecido. Por delante nos esperan aún varios meses en los que los ciudadanos y los organismos públicos y privados deberán seguir demostrando su compromiso con estas medidas de distanciamiento social y de control de aforo en recintos y espacios cerrados. Así que elementos como las cámaras térmicas se están presentando como una magnífica solución para las empresas y servicios de seguridad.
Ante todo, cabe destacar que estas herramientas concretas no están pensadas para confirmar o descartar diagnósticos de COVID-19. No hay que llevarse a error con ellas, porque no sirven para identificar la enfermedad en ningún caso, sino que se limitan a señalar síntomas que pueden ser provocados por ella. En concreto, detectan indicios de temperatura corporal elevada o febrícula en las personas que se sitúan ante su lente, lo que ayuda a los miembros de seguridad a localizar a individuos con potencial riesgo de contagio y a establecer las medidas requeridas para evitar que entren en contacto con más gente.
Por tanto, pueden ser una ayuda importante para desempeñar a la perfección las labores de vigilancia y seguridad, de forma que lo ideal es conocer algunas de sus características y especificaciones concretas para sacarles el mejor rendimiento. Y en Grupo SICOR queremos facilitarte las cosas, por lo que a continuación resumimos todo lo que debes saber para poder desenvolverte bien a la hora de emplearlas.
Tecnología y consideración sobre la temperatura
Las cámaras térmicas funcionan con tecnología de infrarrojos y detectan el calor que desprenden los cuerpos. Sin embargo, es importante señalar que no siempre valores de alta temperatura en una persona equivalen a fiebre. Hay individuos que habitualmente tienen más temperatura de la media habitual de 36.6 ºC y están perfectamente sanos, pero lo ideal es identificar cada caso para valorar el protocolo a seguir. De ahí su utilidad.
Las cámaras térmicas de uso sanitario son las adecuadas para esta pandemia
Para su uso en la prevención de contagios de Coronavirus, son necesarias cámaras de uso sanitario. Por sus características, estas herramientas también tiene aplicaciones en el sector industrial y cuentan con un rango amplio de medición, si bien lógicamente estos modelos no son útiles para lo que necesitamos en nuestro caso, ya que suelen tener un margen de error de +/- 2º C y lo que buscamos es precisión. En concreto, tal y como refleja la normal ASTM E1965-98 (2003), el margen de error idóneo es +/- 0.3º C, de manera que no se cometan fallos graves en la medición. Y este es el que habitualmente ofrecen las cámaras de tipo sanitario.
Es fundamental que la calibración sea de fábrica
La cámara debe ser calibrada en su origen y hay que desconfiar de si precisa que el usuario establezca los valores de la medición. Normalmente estas herramientas incluyen un dispositivo denominado cuerpo negro (blackbody), que se sitúa frente a la cámara y ayuda a que su sensor tenga una referencia constante, con la que comparar el resto de cuerpos y objetos que se sometan a su escaneo.
Incorporación de sistema de alarma
El objetivo fundamental es ofrecer un monitoreo preliminar de las personas que estén delante de la cámara, por lo que estos utensilios incluyen normalmente una alarma. Esta avisa ante un posible caso y permite realizar una segunda toma de temperatura, con la cual se pueda confirmar o descartar.
Ahorran tiempo y permiten mantener la distancia de seguridad
Las cámaras aportan dos grandes ventajas respecto al otro sistema de medición de temperatura, el que se realiza con termómetros de frente. Por un lado, su comodidad y automatismo, ya que no requieren que el vigilante se tenga que acercar a las personas; y por el otro, su capacidad para monitorear a grandes grupos de personas a la vez y en márgenes de tiempo inferiores a un segundo. En concreto, este sistema puede hacer 30 cálculos simultáneos, lo que supone un ahorro de tiempo considerable.
Consideraciones sobre el rango de medición y la resolución
Es importante trabajar con cámaras térmicas que tengan un rango amplio de medición, de entre 3 y 5 metros; así como de resolución, de al menos 640×480 px. Esto permite hacer varias mediciones a la vez y controlar con precisión espacios amplios, donde pueda haber numerosas personas.
La frente y la zona de ojos, los lugares idóneos para medir la temperatura
Se aconseja combinar este sistema con un programa avanzado de reconocimiento facial y de detección de rostros vivos. Este permite que la calibración de la cámara se centre en determinadas zonas de la cabeza de las personas, lo que ayuda a incrementar la precisión de los datos tomados. De hecho, en estos casos se recomienda medir las temperaturas de la frente o incluso de alrededor de los ojos, ya que son las partes del cuerpo que ofrecen mejores referencias.
Antes de comprarlas, atención a sus certificados y a su homologación
Y por último, ojo con la certificación de las cámaras. Estas herramientas van a realizar una labor muy importante y esto nos exige trabajar con materiales homologados y totalmente aptos. Por eso, a la hora de adquirirlas, es básico verificar que cuentan con certificados CE y FCC, además de incluir también un certificado sobre la calibración de su sistema de medición.