En el ámbito de la Seguridad privada, la información es un elemento fundamental. Por eso, destinar recursos a la inteligencia es una magnífica forma de potenciar esta actividad a través del fortalecimiento de su capacidad de anticipación, de análisis y de planificación. Tres elementos realmente útiles para que los profesionales que nos dedicamos a ella podamos lograr nuestro objetivo principal, que no es otro que el estar siempre preparados para ir por delante de los acontecimientos e incluso atajar situaciones potencialmente problemáticas.
Las ventajas que la Inteligencia aporta a la Seguridad Privada
Pero, empecemos por el principio: ¿qué es realmente la Inteligencia? Podríamos definirla como la especialidad destinada a la recopilación, procesamiento y análisis de la información, para poder planificar estrategias y medidas de actuación en diferentes campos. Así, el militar es el más conocido, aunque esta herramienta también es fundamental en la política, en la sociedad y en el campo empresarial. Y, por supuesto, como ya hemos señalado, es un elemento clave dentro de la Seguridad, incluyendo el ámbito privado.
En consecuencia, esto es lo que nos aporta la Inteligencia a la hora ejercer nuestra labor:
- Permite que dispongamos de información fundamental para el desempeño de nuestras tareas de Seguridad, principalmente en lo que respecta a los posibles actores de riesgo y a factores potencialmente peligrosos.
- Nos ayuda a detectar elementos y aspectos que suponen una amenaza y que no son apreciables a simple vista. No basta con actuar a partir de las apariencias, hay que saber leer entre líneas y contar con protocolos para analizar las situaciones.
- Nos enseña a priorizar y a destinar recursos de una manera adecuada y rentable. Gracias a su labor de estudio, podremos distinguir lo importante de lo prescindible.
- Facilita el desarrollo una labor de autoanálisis que nos permita conocer nuestras debilidades y fortalezas. Siempre debemos buscar la forma en la que podemos mejorar y la Inteligencia puede mostrarnos el camino.
- Es realmente útil para planificar y anticipar, porque hay que estar listos y preparados para reaccionar ante determinados imprevistos. Ninguna situación nos debe coger por sorpresa, de forma que podamos actuar consecuentemente ante cualquier acontecimiento que se pueda producir.
- Se encarga de velar por los propios intereses personales y legales de los empleados y de la propia empresa. La Inteligencia no solo ayuda a trabajar mejor a nivel externo, sino también interno. Es un mecanismo de defensa y de protección de la información que se maneja; así como de los intereses propios, lo que permite blindar la labor empresarial y favorece su competitividad.
La inteligencia, una tarea de todos que necesita ser coordinada
En definitiva, en esta especialidad lo que buscamos es minimizar los riesgos y las amenazas, de forma que es básico disponer de la máxima información posible dentro del contexto en el que desempeñamos nuestro trabajo. Una necesidad ante la que hay que dar una respuesta coordinada y profesional, a través de una labor continua y de calidad de todos los miembros que participan en este servicio de seguridad. De hecho, los empleados son los mejores recopiladores de datos, ya que los propios guardias de seguridad realizan una labor de campo fundamental que les permite acceder fácilmente a ellos y conocer el terreno.
Además, es básico contar con varias fuentes informativas para tener múltiples vías de contrastación. Dentro de la Inteligencia no es recomendable planificar y actuar a partir de suposiciones o percepciones subjetivas de los hechos, por lo que hay que realizar un trabajo amplio y profundo de recopilación de datos, que permita obtener la visión más amplia y completa de lo sucedido y de su contexto. Solo así se lograrán minimizar los errores y se asegurará la adecuada asignación de recursos a cada situación.
Todo buen sistema de Inteligencia se apoya en una estructura interna sólida
Y, por supuesto, todo buen sistema de Inteligencia se apoya en una estructura interna sólida a nivel organizativo, donde la discreción es una premisa básica. La información utilizada se debe gestionar internamente para cumplir únicamente con los objetivos marcados por la empresa de seguridad privada. Así, dependiendo de la relevancia que se le dé a la misma y de su necesidad, se podrán destinar o no recursos específicos para procesar los datos recopilados, elaborar informes y establecer las pautas de las estrategias a seguir.
Todo esto lleva a que los profesionales de la seguridad privada cada vez estén mejor formados en Inteligencia. Ellos son una parte fundamental del engranaje encargado de anticipar, analizar y responder en entornos de riesgo y amenazas potenciales. Al fin y al cabo, la incertidumbre es un elemento inherente a nuestro sector, por lo que lo importante es trabajar para reducirla. Y este enfoque se debe hacer desde dos vertientes: el primero, a través de una labor de campo por parte de los vigilantes de seguridad; y el segundo, a nivel interno y operativo, gracias al apoyo de especialistas en análisis y diseño de estrategias.