Poco a poco, España empieza a ver con esperanza los resultados de la cuarentena para aislar los casos de Coronavirus (COVID-19), gracias en parte a la seguridad privada. En el último mes la temible curva de contagios se ha reducido drásticamente y, aunque no se pude bajar la guardia, es evidente que se están dando las condiciones para realizar poco a poco la transición hacia el estado de ‘nueva normalidad’ que vamos a vivir hasta que se encuentre una cura o, al menos, haya un tratamiento efectivo para paliar la enfermedad.
Por lo tanto, a los ciudadanos nos espera aún un camino algo prolongado en el que las medidas de distanciamiento social y de higiene tendrán que seguir estando a la orden del día. Una vez que finalice el estado de alarma a finales del mes de junio, las restricciones más importantes en todo el territorio nacional habrán desaparecido, pero será necesario el cumplimiento de ciertos protocolos en espacios públicos y privados para alejar la posibilidad de que pueda producirse un indeseable rebrote de Coronavirus que prácticamente nos devuelva a la misma casilla de salida del pasado 14 de marzo.
Y, al igual que ha sucedido durante los peores días de incidencia de la pandemia, tanto los cuerpos de seguridad públicos como privados serán actores fundamentales para que esta transición hacia la ‘nueva normalidad’ se desarrolle en óptimas condiciones. De hecho, por la parte que nos corresponde, en Grupo SICOR queremos destacar las apreciaciones que ha realizado el Observatorio Sectorial de Seguridad Privada sobre el papel que nuestro sector va a jugar, en estas fechas tan importantes, a la hora de consolidar un entorno saludable y responsable para todos los ciudadanos.
Ante el nuevo contexto, adaptación y preparación
La realidad es que a corto plazo nada va a ser como antes, porque aún deberán pasar meses para que las medidas excepcionales de precaución no tengan que aplicarse. Por eso, la seguridad privada debe consolidarse como un mecanismo efectivo para velar por el control y cumplimiento de todos estos aspectos; lo que además permitirá incrementar la demanda de este servicio tras los tres duros meses que han vivido sus profesionales.
En concreto, el Observatorio Sectorial destaca tres aspectos en los que la aportación de seguridad privada será fundamental por su capacitación y que, además, pueden ayudar de forma decisiva para reactivar y reimpulsar el empleo dentro del sector:
- En el control de parámetros que establezcan las autoridades sanitarias, como los niveles de temperatura o de acceso a instalaciones. Por tratarse de actividades de riesgo, todos estos procesos deben llevarse a cabo bajo el marco regulatorio y con las máximas garantías de protección para los trabajadores implicados, así como de seguridad en el tratamiento de los datos privados de los usuarios.
- En la extrapolación de medidas, de validez probada en redes de transportes y supermercados y cuando sea posible a nivel legal y organizativo, para limitar los accesos a los espacios y cumplir con las normas distanciamiento entre usuarios. En este aspecto será necesario seguir los estrictos principios que señala el artículo 41 de la Ley de Seguridad Privada, adaptándolos a ámbitos muy variados como playas, parques o zonas de asueto. De hecho, y dada su amplitud, será probable que las autoridades competentes autoricen y requieran que la seguridad privada actúe como servicio complementario de apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
- Por último y no por ello menos importante, la realización de nuevos servicios en sectores que han sido afectados de manera especial por esta crisis sanitaria. Estos incluyen labores de reforzamiento y de incremento de la visibilidad de sus sistemas de protección, para garantizar la plena seguridad y la tranquilidad ciudadana. Ejemplos de ellos pueden ser los acontecimientos de ocio y deporte, las actividades de centros culturales y del sector turístico, etc. Además, por su relevancia será recomendable que cuenten con el apoyo legislativo y económico de las autoridades públicas competentes.
Requerimientos de la Seguridad Privada para ejercer su labor de forma adecuada
En esta situación, el Observatorio Sectorial reclama que se cumplan dos aspectos fundamentales para poder ofrecer este servicio con garantías plenas:
- Que las autoridades públicas realicen todos los esfuerzos que estén en su mano, dentro de sus competencias y de la legalidad vigente, para facilitar que el sector de la seguridad privada pueda llevar a cabo sus funciones, con el máximo alcance y nivel de eficacia que sean posibles.
- Que se establezcan las medidas precisas para permitir al sector ofrecer sus servicios de seguridad adaptados a las necesidades de este momento, rehuyendo cuestionamientos pesimistas que ciertas organizaciones están realizando para poner en duda la idoneidad de la adopción, por parte de los vigilantes de seguridad, de estas nuevas funciones. En este sentido, es fundamental destacar la importancia de preservar y potenciar tanto la seguridad como la salud de todos los ciudadanos.
En definitiva, en una situación difícil para todos como en la que nos encontramos, es fundamental entender el valor del papel que la seguridad privada quiere asumir para ayudar a la sociedad. Un problema de salud pública tan importante como este requiere de la colaboración de tod@s y nuestro sector debe ser fundamental para que la ciudadanía realice la transición a la nueva normalidad de forma totalmente segura. Por ello, solicita la colaboración de las autoridades competentes para fomentar su intervención, así como para crear un entorno en el que pueda desempeñar y reimpulsar su labor de la forma más eficaz, saludable y legal posible.